En el pasado la planeación del sector eléctrico en México se regía con el Programa de Obras e Inversiones del Sector Eléctrico (POISE). Con la reforma energética de 2013 lo sustituyó el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) el cual se publica anualmente. El 29 de mayo pasado la Secretaría de Energía (SENER) publicó la edición que abarca el periodo 2023-2037 en el que se detalla la planeación anual del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) con un horizonte a quince años y donde se plasma la política energética nacional en materia de electricidad. En el PRODESEN se establecen los objetivos, metas, estrategias y prioridades a adoptarse para satisfacer la demanda en el Sistema Eléctrico Nacional para que este opere en condiciones de eficiencia, calidad, confiabilidad, continuidad, seguridad y sustentabilidad. El documento también relaciona los proyectos de ampliación y modernización del sector. Mediante la técnica FDI: Puntos Fuertes, Puntos Débiles, Puntos Interesantes, comparto en esta entrega mis apuntes sobre el PRODESEN 2023-2037.
Puntos Fuertes: Es plausible que año tras año el gobierno federal prepare y publique el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional en versión actualizada. Esto es evidencia que existe interés en la planeación de mediano y largo plazo en el sector eléctrico de nuestro país. En el PRODESEN 2023-2037 se incluye contenido similar a ediciones anteriores aunque hay variaciones en la disposición de los capítulos. Se señala el marco legal y normativo que respalda este quehacer en beneficio del sector, sociedad y nación. En la planeación de largo plazo se bosqueja el pronóstico del crecimiento al paso del tiempo del consumo de energía, la demanda coincidente de potencia y de la infraestructura. En el pronóstico de consumo y demanda se consideran tres escenarios; bajo, medio y alto. Otro aspecto que vale la pena comentar es que se lleva una estadística actualizada de las instalaciones con sus características principales, así como de los componentes del sistema eléctrico nacional (SEN) incluso a nivel de regiones, testimonio de un arduo trabajo por acopiar y mantener al día la información.
En esta edición se informa que la capacidad instalada de generación de nuestro país se incrementará en 60,083 MW en el periodo 2023-2037, lo cual representa un 67 % de la capacidad actual (incluidas las centrales en fase de pruebas). Para el periodo 2023-2026 se considera adicionar 20,425 MW de nueva generación que representa un 23 % de la capacidad actual. En lo que respecta a la Generación Distribuida se estima que crezca 338 % en el periodo 2023-2037. Una cifra alta que denota el interés en desarrollar esta energía limpia. De hecho, el principal crecimiento en capacidad de generación en el periodo estará enfocado en FV-Solar, Generación Distribuida-FV y Bancos de baterías con 37.06 %, 14.04 % y 13.92 % respectivamente. Una buena noticia es que en México durante 2022 la aportación de generación de energía eléctrica con carbón fue de solo 4.2 %, cifra muy por debajo de países como Chile, Alemania, Australia, China, por mencionar algunos.
Debilidades: El crecimiento de capacidad de generación de 20,425 MW anunciado para el periodo 2023-2026 equivale a adicionar en promedio 5,106 MW anuales. Tomando en cuenta que la capacidad agregada en 2022 fue de 1,483 MW (figura A1.6. PRODESEN 2023-2037) este crecimiento representa un 1.7 %, cifra muy inferior al 3.4 % del crecimiento del consumo total real registrado y muy alejado de los más de 5 mil MW que se requerirá instalar cada año de aquí al 2026. Sería positivo que se diera a conocer la relación de obras que aportarán la nueva capacidad anunciada. De similar manera para el periodo 2023-2037, el crecimiento promedio anual de capacidad instalada de generación será del orden de 4,000 MW durante los próximos 15 años. ¿Cómo se logrará esto? Es necesario clarificar los cómos y cuándos para cumplir estas metas.
Otra debilidad es la información sobre los proyectos y obras en las redes de transmisión y distribución. Al igual que la capacidad de generación instalada, las líneas y redes de conducción deben crecer lo suficiente para atender sin problemas la demanda (energía, potencia) al paso del tiempo. De 2021 a 2022 la infraestructura de transmisión creció un escaso 0.12 %. La cantidad y longitud de circuitos de media tensión en distribución aumentó en el mismo periodo un 1 %. Las líneas de conducción enfrentan una problemática adicional por el efecto Joule. A mayor flujo de corriente las pérdidas técnicas de energía se incrementan de manera cuadrática. Al revisarse las cédulas con los proyectos considerados para el periodo, se percibe insuficiente obra e inversión para mantener en condiciones eficientes de operatividad -con criterios técnico-económicos-, a las redes de transmisión y distribución. También existen imprecisiones. Por ejemplo en el cuadro 5.2 del PRODESEN 2023-2037, refiere a la obra de Simojovel Banco 2 como del estado de Tabasco cuando en realidad se ubica en el estado de Chiapas.
Otro aspecto que puede considerarse una debilidad es que en la construcción de escenarios; bajo, medio y alto, los pronósticos pueden quedar por debajo del crecimiento real como sucedió en 2021-2022, en el cual el crecimiento del consumo neto fue de 3.4 % que superó el escenario alto. Si se consideran variables como la ola de calor de 2023, es probable que el crecimiento del consumo y demanda sea incluso superior a lo pronosticado y a lo real del año inmediato anterior. En este verano de 2023 varias instalaciones del sector eléctrico nacional han padecido de sobrecarga y elevación de temperatura. En las redes de distribución se incrementaron las interrupciones por la alta demanda de energía a consecuencia del efecto del calor ambiental. Si el clima es una variable fuera del control de los planeadores, entonces conviene considerar obras, inversiones suficientes y políticas acertadas que resuelvan la problemática de sobrecarga por cuestiones climáticas y por el crecimiento natural del consumo y demanda al paso del tiempo.
Interesante: Entre lo interesante en el PRODESEN 2023-2037 está que se contempla adicionar energía nuclear al sistema eléctrico nacional. Si bien es cierto se menciona un crecimiento conservador de solo 150 MW –no se abunda más información sobre el tema-, esto se puede convertir en un ejercicio para evaluar la conveniencia de apostar por la energía nuclear. Con la tecnología disponible en la actualidad es sumamente complejo y costoso lograr una participación importante de las renovables en los sistemas eléctricos interconectados por las debilidades de variabilidad, intermitencia y carencia de inercia cinética o rotatoria. Lo ideal sería disponer de almacenamiento masivo suficiente para apuntalar a las renovables y no depender de las centrales fósiles. De momento esto es prácticamente imposible. A los más que se puede aspirar hoy en día es mediante fuertes inversiones lograr una participación importante de las renovables por cortos periodos de tiempo. En esta coyuntura la energía nuclear con reactores de última generación más seguros, compactos, menos costosos y con mejor manejo de residuos pueden convertirse en una solución de corto y mediano plazo en cuanto a energía limpia que desplace a los combustibles fósiles en tanto surgen innovaciones –preferentemente disruptivas- que cambien radicalmente la manera de generar, gestionar y consumir la energía eléctrica. También se considera el uso del hidrógeno para combinarlo con gas en los ciclos combinados. Esta es una buena noticia dado que a nivel internacional se considera al ciclo combinado como un elemento vinculante en la transición energética. Se espera que se vayan dando innovaciones que permitan aprovechar el potencial del hidrógeno como vector energético limpio lo mismo que nuevas y prometedoras tecnologías. En otro tema, sorprende que en el pronóstico de costos de combustibles se consideren precios a la baja de los hidrocarburos en el horizonte de los próximos 15 años (figura 4.12 PRODESEN 2023-2037). Se asume que al paso del tiempo los fósiles se irán agotando y por ende a menor disponibilidad, los precios se incrementan. Sería conveniente que dieran a conocer bajo qué supuestos o información plantearon en sus escenarios que el gas, combustóleo y diésel irán a la baja en el periodo 2023-2037.
En cuanto a la energía producida en 2022 (figura 1) se aprecia que en la participación por tecnología predominan el ciclo combinado, seguido de la hidráulica, la eólica, solar-FV.
Sería deseable democratizar el contenido y alcance del PRODESEN en sus ediciones anuales. Que la SENER y el CENACE inviten a la academia, a los colegios profesionales, a la iniciativa privada, entre otros, para revisar y en su caso enriquecer el documento. Hay desafíos que conviene procurar resolver de manera colegiada privilegiando el bien común. Lo fundamental es asegurar la disponibilidad presente y futura de energía eléctrica bajo criterios de suficiencia, calidad, sustentabilidad y precios competitivos para el desarrollo económico y social del país. Hacemos votos para que se logre este propósito.